Hay cosas que hacemos de forma rutinaria que, lejos de prevenir, favorecen la aparición de molestias en la zona íntima. Te contamos los hábitos que te ayudarán a no recaer en las infecciones vaginales.

Muchas mujeres tienen tendencia a sufrir infecciones vaginales periódicamente. Y determinados hábitos pueden hacer que el problema se repita a menudo.

Algunos de estos errores habituales incluso son medidas de higiene que supuestamente se realizan para prevenir estas infecciones, pero que en realidad consiguen todo lo contrario: las favorecen al alterar el equilibrio de las bacterias «buenas» de la flora vaginal, que son las encargadas de combatir los organismos causantes de este tipo de infecciones.

¿POR QUÉ SE PRODUCE UNA INFECCIÓN VAGINAL?

En la vagina existe un conjunto de microorganismos, entre los que figuran lactobacilos, bacilos y cocos, bacterias intestinales, la candidiasis , etc. Es lo que se conoce como flora vaginal, y se encarga de proteger esa mucosa frente a agresiones externas e infecciones. Además, es la responsable de que la vagina tenga un pH ácido, algo fundamental para la buena salud de la zona.

Cuando por alguna razón el equilibrio en ese «mundo» se altera, pueden empezar a proliferar las bacterias y patógenos que causan las infecciones vaginales. Los motivos de este desequilibrio pueden ser muy diversos, pero en la mayoría de los casos no es difícil prevenirlos. Estos son los más frecuentes, y seguro que más de uno te sorprende:

1. Abusar de productos de higiene íntima

El exceso de higiene, sobre todo durante la menstruación, y el uso de determinados productos, como jabones fuertes o perfumados, pueden reducir las bacterias beneficiosas de la mucosa vaginal y favorecer las infecciones. En caso de que necesites lavarte varias veces al día, utiliza jabón o gel suave solo una vez, y el resto, hazlo solo con agua.

Cuidado con los jabones, compresas o tampones: mal usados pueden provocar infecciones

Las duchas vaginales tampoco son recomendables, porque alteran igualmente el ecosistema vaginal, y cuando no están esos lactobacilos “defendiendo” la zona es más fácil que los hongos se instalen, provocando la infección.

2. Impedir la transpiración de la zona

  • Abuso de salvaslips y compresas. Utilízalos solo durante la menstruación. Muchas mujeres los usan a diario para que absorban el flujo y creen que es más higiénico. Sin embargo, utilizar estos productos habitualmente sin tener la regla impide que la piel respire y favorece la humedad, lo que proporciona las condiciones perfectas para que proliferen las bacterias dañinas.
  • En caso de pérdidas de orina. Usa compresas especiales de algodón y consulta con tu médico cómo solucionar el problema de incontinencia (con ejercicios de Kegel, conos vaginales, tratamiento farmacológico, etc.).
  • Prendas adecuadas. Escoge preferiblemente ropa interior y pijamas que sean 100% algodón. Evita las prendas demasiado ajustadas, como vaqueros o tangas, porque además de no dejar respirar la piel pueden causarte irritaciones.

3. No prestar atención a los cambios de la menopausia

Durante la menopausia se produce un acusado descenso del nivel de estrógenos, y esto provoca que se altere tanto el pH vaginal como la composición del flujo. Una mujer adulta tiene un pH de 4,5, y en la menopausia puede subir hasta 6-7. Esto se debería tener en cuenta a la hora de elegir el tipo de higiene más natural para cada momento.

El ph de la vágina es ácido pero hay etapas en la que cambia, como en la menopausia

Estos cambios favorecen las infecciones vaginales, por lo que conviene estar alerta ante cualquiera de los síntomas habituales, y molestias como sequedad o picor. Tu ginecólogo puede orientarte sobre la higiene más adecuada en esta etapa, cómo puedes prevenir estos trastornos y, en caso de infección, qué tratamiento debes seguir para evitar que se agudice.

4. Llevar el bañador siempre húmedo

En la piscina o la playa, seguramente este verano vas a llevar el bañador o el biquini puesto gran parte del día. Sin embargo, la comodidad y frescura que nos aporta esta prenda puede provocar un mayor riesgo de aparición de infecciones vaginales

Para reducir el riesgo este verano asegúrate de cambiarte el bañador o bikini húmedo si no prevés volver a bañarte en unas horas. También el uso de una toalla específica para la zona íntima, limpia y seca, ayuda a prevenir infecciones vaginales.

Otra medida que puedes tomar es evitar aguas sucias, ya que el estado del agua también influye; unas aguas contaminadas facilitan la aparición de infecciones vaginales.

5. Descuidar la higiene tras las relaciones sexuales

El semen tiene un pH más alcalino que la mucosa de la vagina y al entrar en contacto durante las relaciones puede alterarlo. Además, los restos de fluidos y la humedad aumentan el riesgo de infecciones.

Usar preservativo puede ayudar a evitarlas, pero en cualquier caso procura miccionar una vez finalizadas las relaciones y lávate cuidadosamente la zona genital. Por último, sécala muy bien, incluidas las ingles, con una toalla de algodón limpia para evitar la proliferación de bacterias y hongos.

6. Tomar antibióticos con frecuencia

Entre los muchos efectos secundarios que tienen los antibióticos figura el favorecer la proliferación de patógenos que causan infección vaginal. Abusar de estos fármacos, además, genera resistencia a su efecto, lo que hace que acaben siendo ineficaces.

Algunos fármacos alteran la flora vaginal

En caso de necesitar tomar antibióticos, consulta a tu ginecólogo si te conviene usar probióticos como lactobacilos para ayudar a mantener el ecosistema vaginal y evitar las infecciones por hongos causadas por estos medicamentos.

Los probióticos son microorganismos vivos que forman parte de nuestra flora o microbiota. En el caso de los probióticos vaginales, ayudan a restaurar el equilibrio de la flora vaginal y por tanto ayudan a mantener la salud íntima, ayudando a prevenir rcurrencias tras una infección ya tratada.

Para mi flora vaginal, ¿probióticos o prebióticos?

A menudo se confunden los términos, pero hay una diferencia muy clara entre probióticos y prebióticos, y ésta se refiere a la función que cumplen en nuestro organismo y, más concretamente, sobre la flora.

Todas las bacterias y hongos que conforman la flora vaginal deben estar en equilibrio, manteniendo unas proporciones adecuadas, siendo los lactobacilos los principales microorganismos, que aseguran este equilibrio y, por tanto, contribuyen a mantener el bienestar de la salud vaginal. Cuidar la flora vaginal te ayudará a mantener una buena salud íntima.

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